Pep Guardiola, los comegatos, el taxista que maldice y un hijo
von Christoph Wesemann y Moní (traducción)
Si Newell’s Old Boys de Rosario ganara la Copa Libertadores a fines de julio y después tuviera que jugar la final de la copa mundial des clubes contra Bayern en Marruecos, yo llamaría a Pep Guardiola para ofrecerle mis servicios de informante en forma gratuita (libre de impuestos).
He visto dos veces al equipo de la provincia de Santa Fe en vivo y en directo y ya puedo anticipar la forma de jugar de los comegatos. Naturalmente Pep está aprendiendo alemán. Pero para estar seguro de que entienda mis instrucciones acerca de la presión horizontal simultáneo con el desplazamiento vertical, vamos a hablar en su idioma. Sólo espero que con su castellano culto logre entender mi argentino popular con un fuerte acento porteño.
Esta vez Newell’s Old Boys, también llamado Ñuls, líder de la primera división tuvo que vérselas con el club capitalino All Boys del barrio de Floresta.
Juego de lunes por la nochecita. Tránsito de fin de jornada. Avenidas principales obstruídas. Calles laterales cerradas. Policías fumando a los costados. Unos pocos cientos de metros antes de llegar a destino, los tres carriles que se utilizan como si fueran cinco, se convierten en uno solo.
El taxista que está bien a la izquierda toca la bocina, abre el vidrio y señaliza con su dedo la necesidad de hablar.
¿Qué está pasando? El tachero larga de todo: durante medio minuto todos los insultos y maldiciones imaginables, todos hijos de puta, pelotudos, maldita obra, ¿me escuchás?, la c.… de tu hermana, la p… que me parió, me los paso todos por el forro …., estos idiotas.
Tenés razón, amigo. Gracias por la conversación.
»¿Escuchaste eso?«
»Si, cada palabra, papi.«
¿Pero a dónde tenemos que ir? Preguntemos al tipo joven con camiseta de All Boys cómo llegar al Estadio Islas Malvinas. Este nos responde enseguida con otra pregunta. »¿Querés ir a la entrada de Ñuls?«
»¡Hey, pará que yo no como gatos!«
Gran jajajajaja.
Claro, si uno se identifica como hincha del equipo local, tendría que encontrar el estadio de una. Por otra parte, tiene capacidad para 21 500. No es una cancha, es sólo una canchita, que bien se puede pasar por alto alguna vez.
Al final la capital vence a la provincia por 2:1. Y el niño de 7 aprovecha la ocasión del triunfo para insultar con un »hiiiijos de puuuuutaaa« a grito pelado a los invitados que se van retirando y la gente lo aplaude entusiasta.
El chico que camina como Menem y está más loco que El Loco « ARGENTINISCHES TAGEBUCH
18. August 2013 @ 00:56
[…] finés. No recuerdo esto. Por supuesto tiene talento para las lenguas extranjeras, habla ruso y castellano. Y una vez estuvimos en la capital Helsinki para visitar a una amiga que vivia ahí. Pero en aquel […]